1. Comienza tu día con un batido verde, que incluya vegetales crudos como: pepino, perejil, espinaca y algunas frutas como el ananá o piña, con propiedades desinflamantes. Mantén tu cuerpo hidratado bebiendo abundante agua a lo largo del día.
  2. Incluye proteínas vegetales: que tu almuerzo tenga una porción de legumbres (porotos negros, pallares, garbanzos, etc.)y vegetales crudos. Las proteínas y fibras de las legumbres te mantendrán saciado y evitarán los antojos.
  3. Acompaña todas tus comidas con vegetales crudos: los vegetales crudos son importantes porque aportan generosas cantidades de vitaminas, antioxidantes, minerales, agua y fibras y muy pocas calorías. Una buena variedad de ensaladas darán volumen y colorido a tu plato. Cuando elegimos vegetales crudos, preservamos todas sus propiedades y las enzimas, que juegan un papel importante en la digestión.
  4. Anticipa tus compras y la elección de tus comidas: en la web existen cientos de recetas vegan y saludables, que con un poco de previsión podrás preparar. Reemplaza o reduce aquellos ingredientes que puedan aportar calorías extra como el azúcar y las grasas.
  5. Elabora tus propios refrescos: puedes preparar aguas saborizadas con rodajas de naranja, pomelo o limón. Añade sabor con un poco de menta, jengibre o pulpa de maracuyá. Las bebidas colas (gaseosas) y aguas saborizadas están llenas de azúcares, sabores artificiales, colorantes y otros ingredientes nada saludables.
  6. Piensa con lógica: en nuestras latitudes la Navidad y el Año Nuevo son justo en verano por lo que nuestros cuerpos necesitan alimentos livianos y fáciles de digerir. Sin embargo estamos influenciados por las tradiciones de Europa (que están en Invierno): vemos el árbol lleno de nieve y los típicos dulces de Navidad como garrapiñadas de maní, turrones, frutos secos bañados en chocolate y confites de azúcar. Nada de esto tiene lógica en nuestra mesa Navideña del Hemisferio Sur. Adorna tu mesa con cerezas, frutillas, trozos de ananá, mango. Si lo deseas, puedes preparar tu propia garrapiñada con almendras, semillas con un poco (poco!) de azúcar mascabo o rellenar algunos dátiles con pasta de maní o tahina. Si bien son alimentos con alta densidad energética, siempre serán una alternativa mejor a los dulces comprados.
  7. Evita el exceso de alcohol: deja las bebidas alcohólicas para el momento del brindis e intenta estrategias como servir solo la mitad de la copa.
  8. Comer con atención plena: el Mindful Eating nos enseña a nutrirnos con muchos otros aspectos: la belleza de los platos, los colores y aromas de los alimentos, el compartir con los otros, el disfrute de los detalles, el amor al momento de preparar una receta y mantener la total consciencia en el momento presente. Te ayudará el masticar lentamente cada bocado y hacer una pausa breve entre un bocado y otro. Practica el dejar los cubiertos mientras masticas y beber un sorbo de agua.

Por último recuerda que somos humanos viviendo en una sociedad, atravesada por costumbres culturales muy arraigadas, por lo que es importante cultivar la compasión con nosotros mismos y con los demás. Evitar la crítica hacia nosotros y los otros es importante para desarrollar una mente compasiva y una actitud amorosa. Haz lo mejor que puedas para cuidarte a ti y a tus seres queridos, y si aún así sientes que has comido de más, siempre puedes volver a empezar al día siguiente.

Deseo que tengas unas hermosas fiestas llenas de amor y alegría. Que son el verdadero alimento para el corazón. Namasté.

Lic. Eva Henderson. Alimentación Consciente